Autoindustria y la complejidad del rastreo de piezas

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El sector automovilístico se enfrenta a un reciente desafío debido a la imposición de un 25% de arancel sobre las piezas de automóviles importadas por Estados Unidos, lo que afecta también al comercio con México y Canadá, países miembros del T-MEC. Esta normativa, que empezará a aplicarse el 3 de mayo, requiere que los fabricantes identifiquen el origen de cada pieza utilizada en la fabricación de vehículos, añadiendo un nivel de complejidad nunca visto en las cadenas de suministro de esta industria.

El desafío de la trazabilidad de componentes

Un motor de coche puede constar de entre 200 y 500 partes, incluyendo pistones, cabezas e inyectores. De acuerdo con las nuevas regulaciones, cada pieza deberá contar con un certificado que acredite el porcentaje de contenido estadounidense. Este requisito se aplica al vehículo completo, que puede estar compuesto por entre 70,000 y 90,000 partes, según su tecnología y equipamiento.

Un motor de automóvil puede estar compuesto por entre 200 y 500 piezas, como pistones, cabezas e inyectores. Según las nuevas normas, cada una de estas piezas deberá contar con un certificado que demuestre el porcentaje de contenido estadounidense. Este requisito se extiende al vehículo en su totalidad, que puede integrar entre 70,000 y 90,000 piezas, dependiendo de su tecnología y equipamiento.

Efecto en México y Canadá

México, que en 2024 se reafirmó como el principal proveedor de piezas automotrices para el mercado estadounidense con un 43.18% de las importaciones, será uno de los países más perjudicados. Las exportaciones de autopartes mexicanas hacia Estados Unidos llegan a sumar cerca de 100,000 millones de dólares al año, con la mayor parte destinada a plantas de ensamblaje de autos. Canadá, con una cuota del 9.59%, también se verá afectado, mientras que otros suministradores clave como China (7.95%), Japón (7.46%) y Corea del Sur (4.77%) enfrentarán desafíos similares.

Aunque México y Canadá tendrán la opción de deducir el porcentaje de valor estadounidense de sus productos para disminuir el impacto del arancel, esto no evitará por completo el pago. Asimismo, el proceso de certificación resultará ser oneroso y complejo, debido a la fragmentación de las cadenas de suministro y las diversas interpretaciones sobre qué se considera «contenido estadounidense».

Gastos y amenazas para la industria

Costos y riesgos para la industria

Además, estas acciones podrían fomentar la relocalización de proveedores dentro de Estados Unidos, en consonancia con la estrategia de reforzar la manufactura nacional. No obstante, la aplicación de estos sistemas también impactará la rentabilidad de las compañías mexicanas y canadienses, que dependen de Estados Unidos para el 86.8% y el 75% de sus exportaciones de piezas de autos, respectivamente.

Además, estas medidas podrían impulsar la relocalización de proveedores dentro de Estados Unidos, en línea con la estrategia de fortalecer la manufactura local. Sin embargo, la implementación de estos sistemas también afectará la rentabilidad de las empresas mexicanas y canadienses, que dependen de Estados Unidos para el 86.8% y el 75% de sus exportaciones de autopartes, respectivamente.

La ausencia de claridad en los mecanismos para verificar el contenido estadounidense introduce un nivel de incertidumbre en la industria. La interpretación de términos como «transformación sustancial» puede variar, lo que podría dar lugar a disputas comerciales y modificaciones en las políticas arancelarias. Esta situación presenta un dilema para los fabricantes: invertir en sistemas de trazabilidad para satisfacer los nuevos requisitos o buscar mercados alternativos fuera de Estados Unidos.

Perspectivas y retos

Las nuevas normativas arancelarias suponen un enorme reto para los productores de autopartes en México y Canadá, poniendo en riesgo la competitividad del sector y aumentando la presión sobre las cadenas de suministro a nivel mundial. Aunque estas medidas pretenden fortalecer la fabricación estadounidense, su aplicación podría provocar tensiones comerciales y afectar la integración económica en América del Norte.

Las nuevas reglas arancelarias representan un gran desafío para los fabricantes de autopartes en México y Canadá, poniendo en jaque la competitividad del sector y aumentando la presión sobre las cadenas de suministro globales. Aunque estas medidas buscan fortalecer la manufactura estadounidense, su implementación podría generar tensiones comerciales y afectar la integración económica en América del Norte.

La industria automotriz deberá adaptarse rápidamente para cumplir con los nuevos requisitos, enfrentando costos adicionales y posibles cambios en su modelo de negocio. Este nuevo panorama podría redefinir las relaciones comerciales en el sector y marcar un antes y un después en la forma en que se gestiona la producción y distribución de autopartes.

By Yelitze C. Romano

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